viernes, 18 de enero de 2013

Limites a sacerdotes en los hospitales porteños, recurso presentado por la Mesa Nacional por la Igualdad

SOCIEDAD › LO DISPUSO LA JUSTICIA PORTEÑA POR LA INTERVENCION DE UN CAPELLAN EN UN CASO DE ABORTO NO PUNIBLE

Límites a los sacerdotes en hospitales
La jueza Elena Liberatori dispuso que los curas que trabajan en hospitales públicos sólo deben brindar ayuda a personas que lo requieran. Lo hizo en el marco de un amparo en el que piden eliminar el cargo de capellán como empleado público.

Por Carla Perelló

La jueza porteña Elena Liberatori hizo lugar a una medida cautelar para que capellanes y religiosas que trabajan en hospitales públicos porteños tengan la “prohibición expresa” de difundir datos sobre pacientes y dispuso que “únicamente” brinden ayuda espiritual a las personas que lo requieran. La controversia en torno de su función dentro de las instituciones de salud se inició cuando Fernando Llambías, capellán del Hospital Ramos Mejía, habría transmitido a una asociación antiabortista los datos de una mujer víctima de trata de personas que iba a practicarse un aborto no punible y le hicieron un escrache en la puerta de su casa para disuadirla de su decisión. El recurso fue presentado por la legisladora María Rachid (Frente para la Victoria) que, como parte de la misma presentación, reclamó que se declare la inconstitucionalidad de la ordenanza 38.397, aprobada durante la última dictadura cívico militar, que otorga privilegios a curas y monjas de la Iglesia Católica frente a otros cultos para cumplir funciones en hospitales públicos y hogares de la ciudad. La legisladora consideró que se trata de una normativa “injusta, autoritaria y discriminatoria”.
Rachid precisó que tuvo la dimensión de estos privilegios al tener “conocimiento de situaciones de distintas personas que se sintieron ofendidas por la irrupción de capellanes en las habitaciones”. Según la cautelar dictada ayer por la Justicia porteña, de ahora en más, “deberá dejarse la debida constancia administrativa” de las personas que requieran ayuda espiritual y el mismo procedimiento deberá cumplirse en el caso de pastores evangélicos y rabinos u otras personas que realicen tareas espirituales, señaló Liberatori en el fallo, al que tuvo acceso Página/12. Además, los representantes de otros cultos no deberán “requerir autorización al capellán del establecimiento”, como ocurre hasta ahora.
La jueza también determinó la “prohibición expresa de difundir datos” de las personas que permanezcan en hospitales u hogares municipales; en caso contrario, las autoridades del lugar “deberán realizar las respectivas denuncias”.
Liberatori consideró en el fallo que la mujer que estaba internada en el Ramos Mejía a la espera de un aborto no punible, señalada por Llambías, sufrió “violencia simbólica del Estado”. Argumentó que “la imposición de representantes de una religión en particular desde el poder estatal configura y delimita el imaginario social” de los habitantes.
“Cuando mates a tu hijo todas las campanas de las iglesias tocarán al mismo tiempo.” Esas palabras fueron las que Llambías pronunció a la mujer para que diera marcha atrás con la decisión de realizarse un aborto no punible –según declaró la propia víctima– violando leyes nacionales que la protegen por haber permanecido cautiva de una red de trata de personas y sometida a reiteradas violaciones. “Nadie está en contra de que haya asistencia espiritual para quien lo solicite. El tema es que el Estado no se la imponga a nadie ni que se privilegie un culto sobre otros”, señaló Rachid.
El capellán habría accedido a los datos en el marco de la ordenanza que aún está vigente en la Ciudad de Buenos Aires –desde 1982, sancionada en reemplazo al decreto 4806 del 2 de agosto de 1973–, que considera a curas y monjas empleados del Estado. La normativa es una suerte de reglamento que establece funciones, derechos y obligaciones de capellanes y religiosas. Entre ellos, por la ayuda espiritual que brindan cobran un sueldo como empleados públicos y la Ciudad les debe garantizar “alojamiento independiente y amueblado”, “atención doméstica a cargo de los servicios generales del establecimiento” y hasta “alimentación, aseo y planchado de la ropa”.
En pos de preservar el Estado laico, la libertad de conciencia y de culto, Rachid pidió que “se les reasignen funciones, conforme a sus capacidades”, para garantizar su estabilidad laboral o, “de no ser ello posible, se los indemnice”. También solicitó que, en caso de que una persona esté atravesando por una situación muy dolorosa, el centro de salud “debe responder con asistencia profesional, como con un psicólogo”. En las veinte páginas que Rachid presentó, explica que la inconstitucionalidad de la ordenanza refiere a tres factores en particular: el carácter laico de la Ciudad, la libertad de conciencia y, por lo tanto, el derecho a la asistencia religiosa, filosófica, espiritual de todas las personas.
La ordenanza también exime a los religiosos de ser calificados en su desempeño como el resto de los empleados públicos. “No es justo que con los impuestos de los porteños, en vez de calefacción e insumos para los hospitales, estemos pagando los sueldos de capellanes de un culto, que tienen acceso a los pacientes y sus historias clínicas aun cuando éstos no lo han autorizado, sea porque no lo desean o porque pertenecen a otros credos, quienes tienen que pedirle autorización al capellán para poder ingresar al hospital”, dijo Rachid a Página/12.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-212105-2013-01-18.html

viernes, 11 de enero de 2013

Conflicto por los vagones históricos Línea A


Quieren evitar un asado con los llamados “La Brugeoise” - Parlamentario.com

11 de enero de 2013
“Vamos a seguir trabajando para que no hagan un asado con los vagones históricos de la Línea A”, dijo la diputada porteña María Rachid en la salida de circulación de los mismos.
Varios legisladores porteños de la oposición visitaron este viernes por última vez los vagones que conforman la línea A. Durante el recorrido que hicieron por los mismos junto a los trabajadores y algunos músicos, exhortaron al gobierno de la Ciudad a que revea su postura de quitar de circulación todas las formaciones y reconsidere adaptarlos y reacondicionarlos para que circulen los fines de semana, feriados y en horarios no pico.

Por otro lado, solicitaron que el Gobierno de la Ciudad escuche las propuestas alternativas de los trabajadores del subte para hacer las obras necesarias sin dejar a toda la Ciudad sin esta línea de subtes.

Al respecto la legisladora porteña por el Frente para la Victoria María Rachid dijo que “consideramos que es muy importante preservar el patrimonio cultural conservando estos coches en funcionamiento, ya que se puede ver a simple vista lo que significan para los ciudadanos y ciudadanas que se han acercado hoy, simplemente a retratarse con ellos o darles la despedida. Además son piezas únicas de gran valor cultural y económico”.

Y agregó que “nosotros iremos nuevamente a la justicia o a donde sea necesario para que estos coches sigan funcionando con la adaptación que necesiten los fines de semana y para exigirle al Gobierno de la Ciudad que escuche las soluciones, alternativas al cierre total, que proponen los trabajadores para no perjudicar a los comerciantes y los usuarios de la histórica Línea A de la Ciudad de Buenos Aires cuyos vagones cumplirían cien años en diciembre próximo”.

Ante el masivo acto de despedida en la Línea A, el diputado porteño Alejandro Bodart (MST en Proyecto Sur), defensor de la reestatización del subte con control social, afirmó por su parte: "Mauricio Macri lo cierra por puro efectismo, no por necesidad. Como él sólo se sube al subte para la foto, no le importa trastornarle la vida a la gente. A quienes realmente les importa el subte es a los usuarios y a los trabajadores".

Bodart agregó que "en plena crisis, en vez de cuidar el trabajo argentino Macri pone vagones chinos, tal como el Gobierno nacional hace en los trenes”. Cabe acotar que los vagones que serán instalados también fueron comprados por el Gobierno nacional.

http://www.parlamentario.com/noticia-50954.html